lunes, 30 de enero de 2012

Y gritar... ¡Gerónimo!

Es como una sensación de éxtasis. Como subir hasta el cielo y ver la ciudad tan pequeña como parezca.
Sentirte superior a los demás, pero no mirándoles por encima del hombro, si no, sabiendo que tu felicidad es superior a la de todos aquellos.
No cansarte de esa sensación de mariposas corriendo por tu estómago.
Una mezcla entre vértigo y felicidad...
Sentir en tu corazón que esto no acabará, por lo menos, no aún. Que seguirá contigo a tu vera, que esta felicidad hoy está contigo...
Saber que no es un sueño, que es un hecho.
Tener a los tuyos siempre que te haga falta es la subida hasta esta cima.
Y un consejo, cuando por fin consigas subir, grita: ¡Gerónimo!, lanzándote al vacío y sin caer nunca. Allí dónde estoy yo ahora es volando sobre tu cabeza.

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