domingo, 6 de febrero de 2011

-

Era domingo, miré al cielo y todavía no había pasado ningún pájaro.
A sí pues me puse a llorar. Ni yo sabía por que lo hacía. La cabeza me daba vueltas, aunque no creo que
fuera por que no pasaran pájaros. Pero lloraba. 
-Es domingo....- dije en voz baja.
El sol, calentaba mi pelo. El banco en el que había dormido, me parecía ya demasiado pequeño.
Eran ya muchos años, durmiendo en la misma cama dura. Mi único acompañante era el tetrabrik de vino.
[...]
Hasta que de repente, pasó un pájaro.
-No puede ser.- dije en bajos susurros
Pero no solo pasó uno, si no una bandada entera. Miré a mi derecha y el tetrabrik de vino, había desaparecido.
Giré a la izquierda y ahí estaba. El mismo súperheroe de mis sueños

2 comentarios: